16.09.2019 10:26
El 'software' Sucoba entró en funcionamiento hace más de un año.

Por: Alicia Liliana Méndez
16 de septiembre 2019 , 09:19 a.m.
En octubre del año pasado, la policía capturó en Cereté, Córdoba, a dos hombres señalados de hacer parte de la red de sicarios del ‘clan del Golfo’. Según las investigaciones, los detenidos, identificados como Luis Fernando López Loro, conocido con el alias del Mono, y Miguel Mauricio Muñoz Morelo, estarían involucrados directamente en por lo menos 15 asesinatos registrados en Córdoba.
El día de su captura se les incautó una pistola Glock modelo 17, calibre 9 milímetros. Esa arma fue enviada al laboratorio de balística forense de la Policía Judicial (Dijín), donde se evalúo su estado de funcionamiento y se realizó una muestra de patrón, que consiste en identificar la huella digital del arma, procedimiento que se logra ya que cada arma es única. Luego esa información se ingresó a un 'software' denominado Sistema Único de Comparación Balística (Sucoba).
El sistema logró correlacionar varios homicidios que estarían conectados al arma incautada, casos que fueron analizados por un perito forense quien, con su experiencia, demostró que esa pistola fue utilizada en nueve asesinatos registrados en Cereté entre los años 2017 y 2018, homicidios que podrán ser imputados con toda certeza por parte de la Fiscalía a alias el Mono, quien se encuentra privado de la libertad en la cárcel de Montería esperando que se inicie el juicio en su contra.
“Nosotros tomamos la información que arroja el Sucoba. Dato por dato, lo comparamos visualmente, para que con nuestra experiencia y conocimiento dictaminemos si se trata de la misma arma usada en otro hecho”, dijo uno de los peritos de la Dijín.
Lograr la identificación plena de un arma, su huella digital, abre un mundo de oportunidades para avanzar en una investigación por homicidio.
Nosotros tomamos la información que arroja el Sucoba. Dato por dato, lo comparamos visulamente, para que con nuestra experiencia dictaminemos si se trata de la misma arma usada en otro hecho
¿Cómo funciona esta tecnología en la Dijín?
Lo primero que hacen los expertos es recolectar la ojiva (lo que entra al cuerpo o queda en la pared) y el casquillo (lo que queda en el piso cuando sale expulsada la bala).
Las autoridades hacen fotos de estas pruebas y las suben al programa Sucoba.
Este programa cuenta con un estereomicroscopio que se encarga de mirar la ‘huella digital’, las características más pequeñas de los elementos recolectados. Luego, buscan coincidencias.
Es así como, por ejemplo, un casquillo encontrado en un homicidio en Fusagasugá puede coincidir con otro en Bogotá. La última palabra la tiene un perito forense, quien, después de tener esta información, con su experiencia y buen ojo, decide si los elementos coinciden.
Con esa correlación, las autoridades llegan más fácil a los autores criminales, establecen móviles y desarticulan redes.
‘Este ‘software’ nos ayuda a lograr condenas’

El Sucoba fue diseñado por colombianos y, lo más importante, responde a las necesidades investigativas nuestras
¿Se está utilizando el Sucoba en la investigación por los homicidios de líderes sociales y excombatientes de las Farc?
Claro, es la herramienta tecnológica base en la investigación. Con las pruebas balísticas recolectadas en cada escena del crimen se ha elaborado un mapa de cada arma incautada o cartucho recuperado. Hay avances, pero no los puedo compartir para no entorpecer la investigación.
La Dijín está al frente del área de la Policía Científica y Criminalística. ¿Esto en qué se traduce?
Es el área donde expertos peritos realizan un trabajo que es silencioso, pero que en muchos casos es la base de las grandes operaciones y resultados. Este grupo está a cargo del Sucoba y del manejo de nuevas tecnologías, que de nada servirían si estos hombres y mujeres no contaran con su vasta experiencia y sus capacidades analíticas para trabajar en los procesos y ayudar a resolverlos.
ALICIA LILIANA MÉNDEZ
JUSTICIA
En Twitter: @AyitoMendez